Pedacitos.

Un día no me voy a acordar de tu nombre ni de tus sueños ni de tu cara. Ni del modelo de tu coche. Ni de los besos que compartíamos. La manera perfecta en que tus dedos y los míos se entrelazaban no será más que una canción de viejos amores. Un día recordaré nuestras escapadas anónimas como una aventura sin rostro, una entre tantas de la colección. Vas a estar mezclado entre recuerdos y sensaciones y no podré distinguir si eras tu o alguien más. Tus gestos cuando me querías, tu respiración en mi cuello, tu olor inconfundible que a veces me trae el viento...
¿Quién dijo que podíamos olvidar? Nunca olvidamos del todo, siempre hay algo que se queda. Me quedo con las ganas de quererte más, de quererte libre. Me quedo con tu risa chueca contagiándome. Me guardo tu dolor recordándome que siempre se puede ser feliz.
No sé que tanto de ti se quedó en mi, ni si algo de mi estará contigo. Me perdí en tus ojos y, a veces, creo que eso fue suficiente. Nuestra historia fue mi favorita mientras duró. Le regalamos al tiempo un sueño, y eso, vida mía, nunca lo voy a olvidar. (No me olvides)

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