her

No le gustaban tanto los atardeceres sino los azules perfectos. El kinder delice, dormir calientita, jugar con su cabello. Querer con todas sus ganas, las playeras blancas. Le gustaban los besos, pero más un buen abrazo. Comer chatarra sin pensar en hacer ejercicio, hacer ejercicio pensando en toda la chatarra que se comió. Disfrutaba pensar en aquel y hablar en inglés. Escribir boberías y dibujar al margen de los cuadernos. Los collares y los pájaros de colores. Caminar sin rumbo y descubrir cosas inesperadas. El messenger. Sonreir sin motivos. Cantar en voz alta. El olor a lluvia y palomitas de maíz. Los sandwiches de nutella y los trapos alrededor del cuello. Las margaritas y los sábados. Milo Ventimiglia, la pintura y escuchar música. Hacerse fan de todo en Facebook. Pacman. Tetris. Las fotografías y el esmalte de uñas. Coleccionar frases. Las papas fritas. Las cerezas. Las narices rojas de los payasos. Los niños pequeños. Dibujar escenas en su mente. La rana René. Los corazones. La poesía. La cerveza. Las mandarinas y soñar.
Pero más que nada en el mundo...

Le gustaba que la quisieran.