
Un día apareció un alguien que la reconocía, eran unas cuantas palabras nada más, una niña con mirada perdida, palabras ajenas que no tardó en rescatar (ya no eran mías).
Poco a poco las letras fueron formando palabras, y las palabras frases, y las frases esa idea que un día no existía. Era una historia, aún inconclusa, pero la niña no estaba ya sola, y el cuento ya sólo seguía...
Apareciste tú, rescataste mi cuento
que bonito, recartar el cuento y seguir tal y como tu quieres, que nadie lo escriba por ti
ResponderEliminar:)
Me gustó. (Y)
ResponderEliminar